martes, 2 de agosto de 2011

RED-ACCIÓN en web


Si tantos autores han hablado de la frustración de la hoja en blanco no ha sido porque la del monitor vacío sea menor. De hecho, el Facebook, el Twitter y los portales de noticias nos alivian con una distracción temporal pero nos alejan del principal objetivo: llenar la pantalla de letritas. De todos modos, esta no es la única diferencia que hay entre escribir para papel y hacerlo para la web. Los soportes son distintos, los lenguajes diferentes y los métodos diversos. Redactar para internet requiere conocer el ciberespacio, los comportamientos del lector en este medio y los tipos de textos que más se ajustan a las distintas necesidades.

La comunicación digital implica interactividad, multimedialidad, cobertura en tiempo real e hipertextualidad. La interactividad obliga a que los artículos sean reescritos constantemente, basados en aportes de los usuarios. La multimedialidad le exige al redactor elegir la forma  apropiada de contar la noticia: dependiendo si se prioriza el audio, la imagen o la profundidad de los datos fríos que salen de ese hecho, seleccionará publicar la información en el formato adecuado. A su vez, la cultura del “directo permanente” convierte a internet en un medio que informa en tiempo real, achicando los plazos de entrega de lo redactado. Por último, la hipertextualidad permite al lector elegir su “propia aventura” y le aporta más utilidad al escritor, ya que logra centrarse en la información que recabó, dejando el contexto en manos de los links que transportan al usuario hasta el lugar donde se explican.