Un niño
uruguayo de nueve años sube a una tabla de surf y no quiere bajar más. Uno de
los diseñadores de tablas más reconocidos del mundo tiene problemas para
importar materiales en Brasil. Cada uno corre su propia ola, hasta que el chico
quiere comprarle al grande y resulta parte de la solución. La historia termina
con una fábrica en Las Toscas que produce tablas de nivel mundial y exporta a
toda Sudamérica.
“Hacer las tablas que me
gustaría tener”. Así de sencillo explica Rodrigo Caballero lo que hacen en
Wetworks South America. Sin embargo, no es tan simple llegar a la nave sobre la
que está dispuesto a subir. De hecho, aunque afirma que “las cosas son más
simples de lo que nos quieren hacer creer”, hasta fines de 2011 era un gusto
que se daban pocos.