Perdieron familiares en este conflicto que insiste en separarlos para siempre. Tocaron fondo y supieron salir. Entendieron que las lágrimas de todos tienen el mismo sabor y hoy luchan para evitar llorar nuevos muertos.
Son israelíes y palestinos que enterraron familiares cercanos como consecuencia del enfrentamiento en el que sus naciones están inmersas desde hace mucho tiempo. Son amigos que según la lógica deberían ser enemigos.